jueves, 10 de mayo de 2012

EL LEVÍTICO XV (CAPITULO I)

                                         
"Habló Jehová a Moisés y a Aarán, diciendo. "Hablad a los hijos de Israel y deci­dles: Cualquier hombre que tuviese flujo de semen será inmundo por su flujo".

Como puede usted observar, amable lector (a), la ley del señor Jehová prohíbe la emisión seminal. Entonces, ¿por qué usted que se hace llamar cristiano (a), que dice que la Biblia es la palabra de Dios, no cumple con esta Ley? ¿Por qué una abru­madora cantidad de la humanidad actual no acata este mandato? Usted, amigo (a), ¿alguna vez ha escuchado a un dirigente religioso de cualquiera de las miles sectas que se encuentran organizadas como cristianas, hablar de la no-emisión seminal, que es un mandamiento de Dios? ¿Por qué no hablan de esta ordenanza Jehovística? Mas, hay algo todavía más grave: no sólo los sacerdotes, pastores, dirigentes, líderes religiosos, etc., omiten platicar sobre esta Ley, sino que han adulterado el texto, pues, en vez de decir "los que tienen emisión seminal", lo han reemplazado por: "el que tuviese gonorrea". ¿Acaso "emisión seminal" es sinónimo a tener gonorrea? ¿Por qué estos "após­toles" de la humanidad han escondido este mandamiento? ¿Con qué motivo? ¿O estos que cometen esta adulteración son los falsos apóstoles que aparecerán en los tiempos del fin, como dicen las Escrituras Sagradas? ¿O son los perversos que por omisión o alteración de la Sagrada Biblia, quieren ver a esta humanidad perdida en manos de las potencias tenebrosas que actúan aniquilándole sus valores eternos y convirtiéndolos en unos castrados en el sentido espiritual? ¿Sabe usted, que derramar el semen o llegar al orgasmo es fornicación y ésto es lo que prohíbe el Señor Jehová? Muchos de estos alteradores de las Escrituras se justifican diciendo que el diccionario define la fornica­ción como "tener cópula fuera del matrimonio", entonces, ¿qué es el adulterio? O algo peor: ¿Ellos siguen al diccionario o a las Sagradas Escrituras?

En parte el afiliado a estas escuelas o sectas que se hacen pasar por divinales, tiene la culpa, pues acepta las palabras bonitas y las poses jesucristianas que adopta el dirigente que ha tomado como guía, pero no indaga, no investiga, ni siquiera se le ocu­rre pensar que la Biblia que le han recomendado está amañada, alterada, es un cadáver que en vez de darle luz lo está hundiendo inexorablemente en la "Muerte Segunda". Lamentablemente, a la gente le encanta divertirse recitando de memoria los versículos de los Libros Sagrados o escuchando a un "pastor religioso" que actuando como un au­tómata y con estado de ánimo fuera de sí por sus emociones negativas, lo está llevando al fracaso total. Claro está, que en eso de divertirse, las gentes no son peritas, porque si lo fuesen hubieran descubierto que detrás de ese "sujeto guía", está el truco que sirve de base para engañar; si las gentes fueran serias, estudiosas, cultas, descubririan la bufonería de esta persona y sentirían compasión al ver que dentro de la psiquis de ese cómico se encierra el dolor que acompaña a todo ser humano, y que su actuación no tiene otro objetivo que los portamonedas que busca, sabe Dios, para satisfacer sus ambiciones materialistas. Otros afiliados no investigan por temor a perder sus propias creencias dentro de las cuales se hayan enjauladas sus mentes, llenas de pietismo y mojigatería antiquísima. Otros están tan inundados de pereza e inercia mental que no son capaces de discernir con el escalpelo de la comprensión para desnudar las cosas de sus valores y ver qué es lo que tienen de real. Otros afiliados se creen religiosos porque sólo creen, mas ni remotamente sospechan que las creencias son formas muertas, cos­tras duras, a las cuales se apegan los beatos y los débiles. Este asunto es tan grave que llegan a confundir la fe solar con la creencia lunar.

Así pues, eyacular el semen, según el mismísimo Señor Jehová, el Amo del Uni­verso, convierte al que lo elimina, en un "inmundo". El Diccionario Manual Sopena, define el término inmundo (da) como "sucio, puerco, asqueroso. Dícese del Espíritu maligno, en la Sagrada Escritura. Impuro. Aplíquese a aquellos cuyo uso estaba pro­hibido a los judíos por su ley". Como se puede ver, derramar el semen nos convierte en unos seres humanos sucios, asquerosos, o mejor dijéramos, en "marranos", en unos auténticos "cerdos". Muchas religiones antiguas prohibían a la grey alimentarse con cerdos para no convertirse en seres inmundos. Una enseñanza tibetana dice que uno es lo que come; de tal manera que si el cerdo es inmundo, al ingerirlo nos convertimos en inmundos. Eyacular el semen nos lleva al nivel inferior de animal. Luego, eyacular el semen sólo es facultad exclusiva de los animales. El diccionario también define "inmundo" como "espíritu maligno", lo que nos lleva a deducir por simple lógica elemen­tal, que el varón que tiene emisión seminal con cualquier mujer, sea ésta su esposa, su amante, o la prostituta, o fuera de la vagina, o en cualquier otro lugar o con los medios que sea, pues la Sagrada Biblia no hace excepciones, es un "espíritu maligno". Para la parte esotérica u oculta de todas las religiones, eyacular el semen tiene como causa intrínseca "el pecado capital" de la lujuria. En Gnosis, la lujuria es un demonio que tiene posesa a esta humanidad decadente, y debido a esta entidad maligna "las obras de Dios no hacemos sino las obras del diablo". Así que eliminar el semen voluntaria e involuntariamente a través de cualquier modo o medio nos convierte en un "espíritu maligno", o de la maldad.

El diccionario dice también que "inmundo" es lo "impuro" aplicado "a aquello cuyo uso estaba prohibido a los judíos por su ley". La cita bíblica dice que la ordenan­za es dada a los "Hijos de Israel". ¿Quiénes son los Hijos de Israel? Los que toman las Sagradas Escrituras a la letra muerta piensan de los Hijos de Israel son los judíos comunes y corrientes; absurdo sería buscar el Pueblo de Israel fuera de nosotros mis­mos; obviamente debemos buscar al pueblo de Israel dentro de nosotros mismos aquí y ahora. ¿Cuál es el pueblo de Israel? Israel es una palabra que debe ser analizada como lo hace la Cábala Judía, así: IS, nos recuerda a "ISIS" y los Misterios Isíacos. RA, nos recuerda al Lagos Solar (el Cristo). ÉL, es el Dios Interior profundo de cada uno de nosotros, En secuencia y corolario etimológico correcto, el pueblo de Israel está constituido por las distintas partes del Ser, es decir, todas las múltiples partes autocons­cientes y autoindependientes de nuestro propio Ser Individual. Esto nos indica que al pueblo de Israel, las múltiples partes autónomas, autoconscientes y auto independientes de nuestro propio Ser Íntimo, les está prohibido la eyaculación seminal; dicho de una manera Jehovística, estas partes deben cumplir con el mandamiento: "No fornicar". Por lo tanto, cuando un varón fornica o derrama el semen o una mujer llega al orgasmo, ¿quién está violando la Ley del Señor Jehová? Quien viola la leyes el Ego de la lujuria ¿Quién es el Ego de la lujuria? Es un demonio que habita en nuestra casa interior. Por eso, él como demonio, nos produce dolor, sufrimiento, la muerte del espíritu y del cuerpo, y al quedar poseso el sujeto, varón o mujer, de él, los convierte en demonios inmundos, impuros.

Fue en los últimos tiempos de la Tercera Raza, la Lemur, esa época citada por el Génesis, esa antigua edad en que Adán y Eva fueron arrojados del Edén, cuando se dio la fornicación. Por esa época ya la humanidad se había dividido en sexos opuestos; el acto sexual era un "Sacramento que sólo se podía realizar dentro de los Templos Sa­cratísimos". En determinadas épocas las tribus lemures realizaban largos viajes, salían en peregrinación rumbo a los santos lugares, con el propósito de multiplicar la especie (recordemos los viajes de Luna de Miel). Entonces los lemures eran hijos de la Voluntad y el Yoga, es decir, de la Kriyashakti, que es el sistema por el cual en la cópula no se eyacula el "En Seminis", esto quiere decir que por esos tiempos los seres humanos no fornicaban, sino que se unían sexualmente y sólo utilizaban un espermatozoide para reproducirse, pues nadie cometía el error de violar el Mandamiento: " No Fornicar". La semilla siempre pasa a la matriz sin necesidad de derramar el "Ens Seminis"; las múltiples combinaciones de la substancia semitica son maravillosas. La pareja divina, varón y varona, se unían sexualmente ante el mismo altar del templo, y las multitudes realizaban la cópula dentro del sagrado recinto y en los empedrados patios llenos de misteriosos jeroglíficos. Los Dioses Santos dirigían sabiamente aquellas místicas ceremonias indispensables para la reproducción de la especie humana y nadie pensaba en la inmundicia de eyacular el "Ens Seminis", porque aun no había surgido el "Yo" pluralizado.

Pero sucedió que cierta noche, los lemures fueron fascinados por un "poder lu­ciferino", y resolvieron realizar el acto sexual fuera del templo, cada pareja se entregó a la lujuria. Muy de mañana y como si nada hubiera pasado tuvieron la desvergüenza, la insolencia, el atrevimiento de presentarse como siempre en el templo, mas suce­dió algo insólito, terrible. Un Dios de Justicia, un Gran Maestro, vestido con albas e inmaculadas vestiduras sacerdotales, con una espada en la mano amenazó a todos, y les dijo: "Fuera Indignos", y es claro que huyeron aterrorizados. Es obvio que este acontecimiento se repitió en todos los rincones del enorme continente Lemur; así fue como la humanidad Adán-Eva fue expulsada del Huerto del Edén. Después de este evento, acontecimiento, suceso, registrado en todos los Génesis religiosos, sucedieron epílogos horripilantes, hórridos, espantables, millones de criaturas humanas mezclan­do "magia sacerdotal" y fornicación desarrollaron la capacidad siniestra de eyacular. el varón el "Ens Seminis" y la mujer, experimentar el asqueante orgasmo. En ese pasado antiquísimo cuando el ser humano no eyaculaba el "Ens Seminis" la Conciencia, esa partícula de "Alma Humana" que del todo no hemos perdido, se expresaba a través del organismo con toda su belleza. Piense usted, caro lector (a), lo que son los niños los tres o cuatro primeros años de edad, son hermosos. En esas criaturas así, solamente se expresa la Conciencia con todo su esplendor; en forna análoga, dijéramos, en esos tiempos arcaicos de la tierra, la Conciencia se expresaba en todos los seres humanos, desgraciadamente, el hombre aprendió, debido a las enseñanzas de ciertos demonios a eyacular el semen, y así, la gran raza Lemur, en una gran mayoría, convirtió el acto sexual en vicio; entonces, cuando la función creadora degeneró, cuando el sexo dejó de ser una función mística, nació la Líbido, que es una especie de morbo, que vino a contaminar los cinco centros de la máquina humana: Intelectual, Emocional, Motor, Instintivo y Sexual.

Cuando el morbo sexual vino a la existencia, cuando el ser humano aprendió a eyacular el esperma sagrado, se inició sobre la Tierra la desgracia del género humano, pues debido a la violación de la Ordenanza de no eyacular el "Ens Seminis", se de­generó, por eso las Sagradas Escrituras Bíblicas dicen: "Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombres en la Tierra, y le dolió en su corazón. (Génesis 6: 5-6). Cuando la eyaculación seminal se dio en los seres humanos, el Centro Intelectual alteró sus funciones y secuencialmente por tal motivo surgió el "Yo" pluralizado. ¿Qué es el "Yo" pluralizado? Es un conjunto de elementos negativos, una serie interminable de iras, orgullos, envidias, temores, pasiones, resentimientos, odios, etc., etc. Estos elementos eran llamados "apéndices" o "agregados" por los antiguos, considerando que son algo ajeno al Ser Intimo del hombre. El Verdadero Ser está más allá del "Yo", ya que es Eterno y Universal, mientras que el "Yo pluralizado es lo abominable que vive actualmente dentro de la psiquis de cada persona. La psiquis es la manera de pensar y sentir de cada ser humano. Pero no queremos decir con esto que la eyaculación semi­nal no sólo afectó el Centro Intelectual, sino que afectó también las funciones de los demás Centros: El Centro Emocional alterado, dio como resultado a formas egoicas infrahumanas e infrasexuales espantosas. El Centro Motor degenerado, alterado por la eyaculación del semen, perdió su belleza y se originaron hábitos, costumbres, formas de accionar infrahumanas, maneras de ser inhumanas, intensamente mecanicistas. El Centro Instintivo, al servicio de la eyaculación seminal, perdió su belleza, envileció los normales instintos y el ser humano se bestializó definitivamente. En cuanto al centro Sexual degenerado, se convirtió en una fuente de nutrición para el "Yo" pluralizado que cada cual carga dentro. De esta forma, la fuerza sexual que es en sí misma pura, hermosa y bella, cuando se eyaculó, alteró, completamente, los cinco centros de la máquina orgánica y el ser humano se degeneró radicalmente.

Por esta época observamos que el ser humano se encuentra degenerado y para verificarlo basta estudiar la mente ¿Qué encontramos en la mente humana? De la mente del actual ser humano salen las guerras, los robos, los asesinatos, las sexopatías sexuales: Homosexualismos, lesbianismos, masturbación, exhibicionismo, sadismo, masoquismo, zoofilia, relaciones prematrimoniales, etc., etc. Todo esto es el resultado de la violación del mandamiento del Señor Jehová. La mente de cada ser humano es como una máquina que está "trabajando noche y día", charlando perpetuamente, tanto cuando el cuerpo físico está dormido como despierto; es rápida y tan inquieta como el mar. Otra parte de ella, con intrincado y complejo mecanismo trata de controlar todo el movimiento, y así se inicia el conflicto entre deseos opuestos, entre incitaciones. Algunos "ignorantes ilustrados" teorizan sobre el "Yo" Superior y el "Yo" Inferior, pero los dos están en el campo de la mente. La acción y reacción de la mente, del pensamiento, son casi simultáneos y automáticos. Todo el proceso mecánico de aceptar y negar, con­formarse o ajustarse y tratar de ser libre, es sumamente rápido. Todo ello es el producto de haber violado lo que nos dijo el señor Jehová: "No tendrás emisión seminal" .
                             www.acegap.org



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